martes, 10 de abril de 2012

Y ahora que nos queda.


Y las palabras sin hechos volaron...
y tu falda corta, se hizo larga cuando mis ojos cayeron.
Cuerpo inerte a merced de la marea. En tu tempestad
fuí navío estraviado, de nombre... Soledad.
Me queda, como siempre, el recuerdo de días mejores.
No me añores; no merece la pena que llores.
He quemado ya hasta las ruinas para asegurarme,
pero chica... mi cuchillo aún pide a gritos tu carne.
Con la tentación de meterme mierda hasta reventar,
me da por mirarme dentro y tengo tanto que dar...
que por joder, no te doy ni las hostias que debo.
Lo que más quiero... no es dinero, soy puro y verdadero.
Con alfileres en los ojos de ver tanta farsa,
todo es tan fácil y complejo a la vez que pongo mi alma a subasta.
Ya vendí mis alas por sentir tu suelo...
y me arrepiento...Ya ni sueño por las noches.
¿Quién me paga el desconsuelo o apaga mi fuego interno?
llevo media vida dando todo en el infierno.
No busco reconocimiento...sólo tus piernas,
chascar los dedos y que la luz se encienda.
Yo, en mi salsa con litros y letras,
tú... con ofrendas de ajenos.
Yo, reacio a otorgar falsos te quieros,
tú... partidaria de regalarlos.
Nacimos para chocarnos; como los polos opuestos
y no se ha inventado droga que neutralice tus efectos...
Amenice usted esta desgracia; hágala llevadera...
Llevo como estandarte tu bandera por mis venas.
Eres conocedora de mis suicidios cada madrugada, joder...
no te rías y haz que no duela cada puto amanecer.
En un intento de salvar lo poco que queda... me lío más
y acabo con los nudillos en paredes borracho de sobriedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario